Introducción
Con el paso del tiempo y en función del escenario macroeconómico en el que nos encontremos, es posible que cualquiera de los cuatro elementos que componen la cartera permanente comience a ganar peso dentro de la asignación de activos establecida inicialmente a consecuencia de su mejor comportamiento frente al resto. Si esta desviación resultase excesiva, podría ocurrir que la cartera dejase de cumplir con su finalidad defensiva llegado un cambio en el clima económico. Esto impactaría especialmente sobre el activo sobreponderado, mientras que el resto de los activos verían muy limitada su capacidad de proteger la cartera por encontrarse en inferioridad de condiciones.
Bandas de rebalanceo
Una forma de limitar este problema es por medio de las llamadas bandas de rebalanceo. Esto es, establecer una desviación máxima (y mínima) para nuestros activos, y desplazar nuestro capital desde aquellos que más hayan crecido hacia aquellos más castigados. Esto podemos hacerlo de varias maneras diferentes, se me ocurren las siguientes:
- 1. En caso de emplearse fondos cotizados (ETFs) o bonos del tesoro: vendiendo y comprando activos; pagando el correspondiente peaje fiscal.
- 2. En caso de emplearse fondos de inversión que cumplan las condiciones para ser traspasables sin carga fiscal: efectuando un traspaso; demorando el pago de impuestos al momento en que se ejecute la venta.
- 3. Empleando el activo cash hasta que su valor caiga por debajo de la banda de rebalanceo.
- Bandas de rebalanceo pequeñas (por ejemplo, 20%/30%): la cartera conservará su finalidad defensiva y verá reducida su volatilidad, pero cortaremos las alas al activo que ese momento se encuentre en ciclo alcista. Además, se incrementará la frecuencia de rebalanceo, lo que a su vez implica implicando el pago por los beneficios del activo que más haya crecido en caso de emplearse los productos descritos en el punto 1.
- Bandas de rebalanceo grandes (por ejemplo, superiores al 10%/40%): lo cual primará la rentabilidad del activo en crecimiento, pero limitará su capacidad de reacción frente a caídas además de incrementar la volatilidad de la cartera. En este escenario, la periodicidad de los rebalanceos será inferior.
Cuando rebalancear
Toda vez que ya hemos seleccionado unas bandas de rebalanceo con las que nos sintamos cómodos, debemos decidir la periodicidad con la que revisamos nuestro asset allocation. Se me ocurren muy diversas formas de hacerlo:
- En el momento concreto en que se alcance el valor umbral de rebalanceo.
- Cuando se alcance el valor umbral de rebalanceo pero chequeando las bandas con una periodicidad concreta:
- Mensual, semestral, o incluso una vez al año (o incluso más). De hecho, una única revisión anual es lo que Browne recomendaba, muy en consonancia con Bogle “el éxito de la inversión a largo plazo se basa en la simplicidad”.
Aportaciones de dinero nuevo
Otra opción que no sería estrictamente un rebalanceo consistiría en destinar las nuevas aportaciones para reajustar el peso de los activos infraponderados. Esto podría hacerse:
- Con una periodicidad fija/variable. Esta última tiene el inconveniente de que llegado el punto en que la cartera haya crecido mucho, la aportación necesaria para retornar la cartera a su peso de origen podría resultar considerable.
- Emplear un reajuste gradual: que consiste en comenzar a efectuar aportaciones al activo más débil en tramos dilatados en el tiempo una vez alcance el umbral que hayamos establecido para su rebalanceo. En caso de emplear bandas de rebalanceo grandes y pretender cubrirlas con dinero fresco, esta metodología cobraría mucho sentido.
Cuando compuse originalmente la cartera solía emplear el dinero nuevo para ajustar las ponderaciones tras cada aportación. Pasado un tiempo, comencé a aportar por igual a cada uno de los activos de la cartera, quedando pendiente del momento en que saltase cualquier bandas de rebalanceo.
A decir verdad, nunca había tenido la necesidad de rebalancear hasta hace cosa de un par de meses (a consecuencia del coronavirus), y en este punto me decidí por aplicar un reajuste gradual con una cadencia mensual, pues es la periodicidad con la que suelo realizar mis aportaciones. Es algo así como el Value Averaging del rebalanceo, ya que parece un término medio entre:
- No perjudicar a un activo alcista, o su antagonista: no beneficiar a un activo bajista.
- Suavizar el rebalanceo para evitar realizarlo en un mal momento.
En un futuro, parece que próximo, todo parece indicar que proliferarán nuevos fondos de inversión que repliquen la cartera permanente europea. ¿Estaríais dispuestos a pagar una comisión por evitaros realizar los rebalanceos (entre otras complicaciones)?
Recursos
- Herramientas para calcular rebalanceos por medio de aportaciones: en este post del foro de bogleheads presentan esta herramienta para realizar rebalanceos basadas en la web Optimal Rebalancing.
- Estudio de Vanguard sobre los rebalanceos en carteras de tipo 60% RV / 40 % RF.
Manu